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  • Por primera vez se realiza en el país un estudio que refleja el estimado de personas que se inyectan drogas en las ciudades de Bogotá, Medellín, Santiago de Cali y el área conurbada de Pereira y Dosquebradas. Calculada en 6.600 personas. 
  • Los resultados del estudio, realizado entre junio y diciembre de 2021, generan recomendaciones para la formulación de una política pública para el control de la epidemia. 

Bogotá, 17 de mayo de 2022. Gracias al convenio firmado entre el Fondo Mundial de lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria y ENTerritorio, Colombia ya cuenta con datos actualizados sobre prevalencia de VIH, hepatitis virales, sífilis y comportamientos asociados en las personas que se inyectan drogas en las ciudades de Bogotá, Medellín, Santiago de Cali y el área conurbada de Pereira y Dosquebradas.

Así, lo manifestó la gerente general de la Empresa Nacional Promotora del Desarrollo Territorial – ENTerritorio, Lina María Barrera Rueda, quien indicó que estos datos se obtienen de un estudio realizado durante el segundo semestre del año 2021, como parte de las acciones del proyecto “Ampliación de la respuesta nacional al VIH con enfoque de vulnerabilidad en Colombia”, que se encuentra implementando la Entidad desde el 1 de noviembre de 2019. 

Con los resultados de este estudio, la autoridades nacionales y locales podrán tomar decisiones, proponer políticas y desarrollar estrategias para dar respuesta al VIH, a las hepatitis virales y a la sífilis, en las personas que se inyectan drogas.

La inyección de drogas es un fenómeno oculto y limitado a una pequeña porción de la población, por lo que no es fácil acceder a cifras de prevalencia para la toma de decisiones y la formulación de estrategias encaminada a la prevención y la reducción de daños. Por lo que este estudio es el primero en estimar el tamaño de la población de personas que se inyectan drogas. La mayor cantidad de población estimada que se inyecta drogas se encuentra en Bogotá con 2.841 personas, seguida de Cali con 1.349, Pereira/Dosquebradas con 1.228 y Medellín con 1.183, para un total de 6.601 personas que inyectan drogas en las cinco ciudades donde se realizó el estudio.

Se obtuvo un número estimado de prevalencia, es decir de personas que tienen VIH, hepatitis C, hepatitis B y Sífilis (nuevos y antiguos), en las ciudades objeto del estudio, así:

  • Para VIH: En Bogotá paso del 3% en el 2014 al 3,2% en el 2021; en Cali del 2,2% al 23,9%; en Medellín del 4,4% al 11,2% y en Pereira/Dosquebradas del 8,9% al 17,6%.
  • Para Hepatitis C: En Bogotá paso del 7,6% en el 2014 al 10,7% en el 2021; en Pereira/Dosquebradas del 47,4% al 71,4%; en Medellín del 33,9% al 32,7% y en Cali del 80,2% en 2021.
  • Para Hepatitis B: En Bogotá del 0,05% en el 2021; en Pereira/Dosquebradas del 5,4%; en Medellín del 0,3% y en Cali del 2,5%.

Adicionalmente, el estudio reveló algunos datos relacionados con el comportamiento de las personas que se inyectan droga de Bogotá, Medellín, Santiago de Cali y el área conurbada de Pereira y Dosquebradas, destacándose los siguientes:

En Bogotá, el 60,5% de las personas están entre 25 y 34 años.  El 68,5% son hombres y el 31,4% son mujeres. El 57,9% pertenecen al estrato bajo y el 33,6% al estrato medio.

El 36,1% viven solas y, entre las que no viven solas, el 47,5% viven con sus padres/madres y el 35,9% con otros familiares mayores. El 19,4% comparten con su pareja del sexo opuesto. El 32,9% afirma haber terminado la educación media y el 17,9% alcanzó el nivel técnico/tecnológico. Mientras que el 15,4 % tienen nivel universitario completo. 

El 41,1% de las personas dicen ser independiente con fuente de ingresos por venta de bienes o servicios, el 18,7% tiene trabajo temporal y el 15,2% empleo con salario estable. 

Con relación al aseguramiento en salud el 46,6% se encuentran en régimen contributivo, el 39,5% en el subsidiado y el 12,7% no tienen aseguramiento.

En Medellín el 53,7% de las personas que se inyectan drogas están entre 25 y 34 años, El 83,3% son hombres y el 16,7% mujeres. El 52,3% pertenece al estrato bajo, el 27,9% al estrato medio y el 19,4% son habitantes de calle. El 21% refieren ser desplazados, el 20,1% desmovilizados y el 3,1% víctimas del conflicto armado. El 22% era gestante es decir 13 mujeres de las 59 participantes. 

Con relación a la convivencia el 34,4% manifestaron vivir solas, el 61,4% vive con sus padres/madres y el 22,6% con otros familiares mayores. El 17,4% con su pareja del sexo opuesto, El 6,1% terminó la educación media y el 17,7% alcanzó nivel técnico/tecnológico. 

El 27,3% son independiente, el 26,3% son vendedores ambulantes y el 10,3% tiene un trabajo temporal. Y con relación al aseguramiento el 61% de las PID están en el régimen subsidiado y el 17,5% sin aseguramiento

En Cali el 60,9% de las personas inyectora de drogas están entre 25 y 34 años, de los cuales el 82,9% son hombres y el 17,1% mujeres. El 49,5% mencionan pertenecer al estrato bajo y el 16,5% en estrato medio y el 30,3% son habitantes de calle. El 10,3% de las personas refieren ser desplazados, el 4,7% desmovilizados y el 2,7% es víctima del conflicto armado.

Con relación al novel de escolaridad el 30,1% terminó la educación básica y el 5,9% alcanzó nivel técnico/tecnológico.  El 18,3% dicen ser independiente, el 33,9% es vendedor ambulante y el 8,8% tiene un trabajo temporal.

En cuanto al aseguramiento en salud el 75,2% de las PID pertenecen al régimen subsidiado y el 11,3% no tienen aseguramiento. 

En Pereira y Dosquebradas el 65,1% de las PID está en el rango entre 25 y 34 años, el 84,3% es hombres y el 15,7% mujeres. El 45,7% pertenece al estrato bajo, el 19,3% en estrato medio y el 33,8% es habitante de calle. El 6,4% refieren ser desplazados y el 4,7% desmovilizados.  El 13,6% son independientes económicamente, el 41,3% son vendedores ambulantes y el 16,7% tiene un trabajo temporal.

El 53,3% de las personas inyectoras de drogas viven solas y, entre las que no viven solas, el 76,3% vive con sus padres/madres. El 11% con su pareja del sexo opuesto. El 28,5% terminó la educación media y el 5,3% alcanzó nivel técnico/tecnológico.   Con relación al nivel educativo, el 67,5% están en el régimen subsidiado y el 14,3% no cuentan con aseguramiento. 

Producto de los hallazgos generados, el estudio recomienda generar estrategias de intervención innovadoras para atender la salud mental, desde la perspectiva de reducción de daños, esto teniendo en cuenta que los resultados muestran alta incidencia de síntomas indicativos de depresión y ansiedad entre las personas inyectoras de drogas, situación que afecta de forma directa la incorporación de prácticas de cuidado de la salud y la adherencia a los tratamientos. 

Es necesario integrar el enfoque de género en todas las intervenciones de reducción de daños con particular énfasis en la atención a las mujeres gestantes que se inyectan drogas. Entre ellas, la definición de espacios, horarios y estrategias que permitan a las mujeres acceder a los servicios integrales sin exponer a situaciones de violencia o estigma adicionales. 

Finalmente, se hace urgente reforzar la educación en salud que permita cerrar las brechas de conocimiento detectadas en VIH, hepatitis virales, Profilaxis Pre-Exposición al VIH (PrEP) y Post Exposición (PEP) y sobredosis. 

Para el desarrollo de este estudio se contó con un grupo de investigadores de la Fundación Salutia y un protocolo avalado por el Comité de Ética de la Universidad del Norte.